La herida que sangra hace cuatro décadas: el “Libro Rojo” de Armero y la búsqueda de 583 niños perdidos
El miércoles 13 de noviembre de 1985 es una fecha que se niega a ser solo memoria. Para los sobrevivientes de la tragedia de Armero, el recuerdo de esa noche sigue siendo el llanto entre el lodo, el fuego y las piedras que cayeron del volcán Nevado del Ruiz. Pero para 583 familias, el terror nunca terminó, pues en medio del desastre natural más feroz de la historia reciente de Colombia, sus hijos desaparecieron.
Cuatro décadas después, el silencio amenaza con sepultar la verdad.
La Fundación Armando Armero, liderada por Francisco González, sostiene una teoría dolorosa; en el caos del desastre no solo hubo muerte, sino robo de menores de edad y adopciones irregulares, posiblemente con la participación de la sociedad civil y el mismo Estado.
Según la fundación, hay evidencia de que cerca de 150 niños salieron con vida de la emergencia. Fueron transportados a sitios seguros donde, aprovechando el dolor y el caos, fueron desprendidos de sus allegados. Varios terminaron en hogares de Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, España, y otros países.
“Hace cuarenta años, mucha gente llegaba al mismo Armero, al lodo, veía niños y se los llevaba. También iban a campamentos, a la sede del ICBF, y decían: ‘Este es mi hijo’, y se los entregaban sin pedirles la cédula. La herida sigue abierta por la pérdida de los niños de Armero”, narra González.
Un elemento clave en esta búsqueda, considerado un mito durante años, es el "Libro Rojo" del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Este archivo contendría los registros de los niños dados en adopción.
La directora del ICBF, Astrid Eliana Cáceres, confirmó el compromiso de la entidad de revisar y restaurar el "Libro Rojo" para el esclarecimiento histórico. La funcionaria indicó que, desde hace un año y medio, se trabaja con la Fundación Armando Armero en la reconstrucción de este archivo. Una vez finalizado, será entregado al Archivo General de la Nación para que el país disponga de la memoria de lo sucedido y se facilite la búsqueda de los menores perdidos.
El director de la fundación ya tuvo acceso al Libro Rojo e indica que, aunque contiene nombres y direcciones que servirían para reencuentros, está incompleto y le "arrancaron cosas". Por ello, insiste en que la investigación debe extenderse a salidas del país y centros de adopción.
Cabe destacar que, la estrategia más efectiva hasta ahora ha sido la investigación basada en pruebas de ADN, facilitadas por el Instituto de Genética Yunis Turbay. Esta estrategia ya ha logrado unir a cuatro familias:
-Jenifer de la Rosa, adoptada en España, se reencontró con su hermana Ángela.
-Edwin Medina, acogido en EE. UU., se encontró con su padre biológico, Ernesto García.
-Y, Luis Guillermo Raajimaakers, adoptado en Holanda, ubicó a sus allegados tres décadas después.