
Con un balón viejo y un corazón gigante, Ana María, la futbolista paisa de 10 años que conquistó a “Pacho” Maturana
En Villa Fátima, Itagüí, vive Ana María Muñoz Vélez, una niña de apenas 10 años que, con un balón desgastado y una determinación inquebrantable, se abre camino hacia sus sueños. Junto a su madre y seis hermanos, la promesa del fútbol enfrenta diariamente las dificultades de una vida marcada por la precariedad, pero también por la esperanza.
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En la comuna 6 del sur del Valle de Aburrá, la deportista improvisa entrenamientos con un viejo balón de baloncesto. A veces, los niños del barrio le prestan uno de fútbol, y entonces su rostro se ilumina. Desde los 7 años, este deporte se ha convertido en su refugio, su pasión y su motor. Sueña con vestir los colores de Atlético Nacional femenino y algún día representar a Colombia con la camiseta de la tricolor.
Un encuentro que cambió su destino
Hace unas semanas, mientras jugaba un partido amistoso en Comfama, en el municipio de La Estrella, la pequeña fue vista por el legendario Francisco “Pacho” Maturana. El exseleccionador nacional quedó impresionado por su talento natural y no dudó en invitarla a formar parte de su escuela de fútbol. Para Ana y su familia, fue como tocar el cielo con las manos.
Este inesperado giro en su vida ha encendido una nueva ilusión, pero también ha traído consigo nuevos retos. Los entrenamientos, el transporte y la indumentaria requieren recursos que su familia no puede costear. Por eso, su madre, hermanos, líderes de la comuna esperan que empresarios, entidades o personas solidarias se enamoren de esta historia y puedan ayudar a Ana a continuar su proceso deportivo.
Para la pequeña promesa de este deporte; el fútbol no es solo un juego, es el camino que ha elegido para transformar su vida y la de su familia. Para ella; el talento no entiende de barreras. Quiere ser tan grande como su ídolo, Linda Caicedo, y seguir sus pasos hasta vestir los colores de equipos inimaginados.
Desde Villa Fátima, sigue entrenando con lo que tiene, soñando con lo que quiere, y demostrando que el fútbol también se juega con el corazón.
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