¿Por qué la multa por disparar es más económica que por orinar en la calle?

No siempre la palabra ley es sinónimo de justicia. De lo anterior existe un sin número de casos en Colombia donde los jueces fallan a favor de ciertos intereses, se ven penas irrisorias para políticos envueltos en escándalos de corrupción y hasta una multa de $800.000 por comprar una empanada en el espacio público.

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Un debate de este corte se abrió recientemente en redes sociales por el caso de un manifestante en Medellín que, tras disparar a unos manifestantes con un arma traumática, recibió una multa de $245.000. 

Las quejas de los internautas por el valor de la multa fue evidente, pues por incumplir el pico y placa por ejemplo se debe pagar $500.000 y por ser sorprendido orinando en la calle es de $1.060.992, según confirmó la Policía Nacional a RCN Radio.

“Las multas en Colombia no responden a una verdadera proporcionalidad. Esto ocurre con el Código de Policía y con el Código Penal porque tenemos unos ordenamientos un tanto desquiciados ya que no estamos dando la sanción proporcional algunas cosas. Hay comportamientos menos lesivos al que damos sanciones más drásticas. Eso nos lleva a situaciones de serias contradicciones”, opinó la directora del área penal del Consultorio Jurídico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Diana Muñoz.

Sin embargo, para ella hay cierta coherencia con la multa que recibió el ciudadano en Medellín porque no usó un arma letal, sino una traumática.” Allí opera un principio que dice que solo se puede sancionar en virtud de los descrito en la norma y por eso se le impuso. El reproche no debería ir dirigido a quien impone la norma sino a los legisladores que han estimado estos comportamientos”.

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“Nuestra legislación no ha tenido coherencia para establecer penas en el sistema penal y sanciones en el derecho disciplinario. El caso de este señor que dispara con arma traumática en Medellín es propio de una sanción disciplinaria que no se le castiga tan severamente porque no se presenta constantemente”, afirmó el abogado litigante y profesor de la Universidad Cooperativa de Colombia, Camilo Pizza.

Y agregó: "Los hechos que se registran de manera repetitiva, así sean menos graves, se castigan más severamente para impedir que se produzcan. Es más común una persona que orina en la calle que alguien que dispara con arma traumática desde el carro. El criterio no es la gravedad de la conducta sino la repetitividad de la conducta. Eso en pocas palabras, termina por causar desproporción entre un hecho repetitivo pero leve y un hecho no tan repetitivo pero muchísimo más grave”.