David Pomphret y Ann Marie
David Pomphret y Ann Marie
Foto Facebook
8 Oct 2019 12:03 PM

Asesinó a su esposa después de que ella se burlara de su disfunción eréctil

Yurby
Calderón
Tras varios años de discusiones, el hombre perdió el control y la mató.

Un hombre inglés, callado y tranquilo, cansado de los abusos verbales y físicos por parte de su esposa, perdió la cordura y la mató luego de que ella lo llamara “flojo e inútil” por tener problemas de índole sexual.  

David Pomphret, de 51 años de edad, golpeó a Ann Marie, de 49 años, con un mazo aproximadamente 30 veces sobre su cabeza hasta que ella falleció.  

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El experto en informática fue detenido y durante sus declaraciones en el Tribunal de la Corona de Liverpool, aseguró que, aunque todas las evidencias apuntan a que él asesinó a Ann Marie, él no recuerda absolutamente nada. ya que perdió el control luego de que ella se burlara de su disfunción eréctil y, además, criticara a su hija.  

Un lloroso Pomphre dijo: “Llamó a a mi hija Meg una escoria gorda. No le gustó la ropa que llevaba puesta. Demasiado corta, demasiado reveladora. Gritaba que yo era un padre de mierda, porque alenté a Meg a salir el sábado por la noche"

Él continuó: “Ella se quejaba de mí por ser un mal padre, llamándome jodidamente inútil. Me llamaba débil porque tengo disfunción eréctil. No estaba funcionando muy bien. Marie estaba furiosa en este punto, absolutamente furiosa. Luego me abofeteó en la cara”.  

David también confesó que solo recuerda verse de pie junto al cuerpo de esposa y tener sus manos manchadas de sangre. Contó que entró en pánico y decidió tratar de cubrir las huellas quemando su ropa ensangrentada y tirando el mazo a un estanque.  

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Durante el juicio, los ficales se refirieron a Pomphre como un "hombre tranquilo" que sufrió abusos por parte de su esposa, que luchaba contra la depresión, y que estaba recibiendo tratamiento para un cáncer que la aquejaba y, además, le habían diagnosticado un trastorno de personalidad autista.  

El acusado se asesinato dijo que su esposa podía pasar de ser feliz a deprimirse "en minutos" y enojarse "muy rápidamente". “Mi hija y yo desarrollamos mecanismo para afrontarla cuando se volvía agresiva”.  

El juicio continúa.