Jóvenes en gavilla mataron a patadas a otro saliendo d bar: lloran al reconocer el crimen
Jóvenes en gavilla mataron a patadas a otro saliendo d bar: lloran al reconocer el crimen
Captura de pantalla
27 Ene 2023 08:05 AM

[Video] A patadas, jóvenes en gavilla mataron a otro afuera de un bar: lloraron al reconocer el crimen

Camilo Andrés
Jaimes Osorio
"Mi hijo imploró piedad y le seguían pegando patada tras patada", contó la madre del joven asesinado en un relato que hizo llorar a todos.

Recientemente, muchas personas han visto en redes sociales el hashtag #JusticiaPorFernando. Todo es por cuenda del juicio penal que paraliza a Argentina durante los últimos días, por cuenta del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, un chico de 18 años que estaba de vacaciones en Villa Gesell, ciudad costera.

El 2 de enero de este año comenzó el juicio por los hechos sucedidos el 18 de enero de 2020. Pasadas las 4 de la mañana, Fernando chocó con otro joven en la pista de baile de Le Brique, un conocido local de la zona, hoy clausurado, derramando parte de su bebida en la camisa. Comienza una discusión que termina muy pronto por la actuación de la seguridad del local.

Le puede interesar: Alias Otoniel se declaró culpable de narcotráfico ante una jueza de Nueva York

El chico con el que choca Fernando Báez Sosa es Máximo Thomsen, jugador de rugby, que se encuentra con otros 9 amigos que a día de hoy se les conoce como "Los Rugbiers". Thomsen no quiere frenar la discusión y es expulsado del local.

Fernando Báez Sosa sale junto a sus amigos por otra puerta de una forma mucho más tranquila. Una vez fuera, cruzan la calle para tomar un helado antes de irse al apartamento a descansar.

Mientras espera a que se lo sirvan, Fernando recibe un golpe por la espalda y cae desplomado. 8 de los 10 Rugbiers le atacan, graban y crean un cordón para que no pueda ser asistido y le propinan puñetazos y patadas durante aproximadamente medio minuto, tal y como se ve en los siguientes videos:

Máximo Thomsen, quien grita que "me lo voy a llevar de trofeo", cierra la golpiza con una brutal patada en la cabeza que termina con la vida de Fernando.

Tras la brutal golpiza, los Rugbiers se fueron del lugar con Fernando fallecido en el suelo, se felicitan y se abrazan tras la agresión. Metros más adelante son parados por la policía. Uno de ellos, Luciano Pertossi, se chupa la sangre (de Fernando) de los dedos para limpiarlos.

Logran librarse de la policía y se dispersan. Se dispersan y se mandan whatssaps diciendo que las calles se han llenado de policías, que "no se le dice una palabra a nadie" y que "el pibe caducó".

El juicio

Esta semana Fiscales en Argentina pidieron cadena perpetua para los ocho jugadores de rugby enjuiciados por la golpiza mortal . "Solicito sean condenados a prisión perpetua como coautores por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y concurso premeditado", dijo uno de los fiscales, Juan Manuel Dávila, en su alegato final ante el tribunal en Dolores, a unos 200 km al sur de Buenos Aires.

Los ocho cumplen prisión preventiva en una cárcel de la periferia sur de Buenos Aires, mientras se desarrolla el juicio, iniciado el 2 de enero y en el que se escuchó a más de 150 testigos.

Los abogados de la familia de Báez Sosa coincidieron con el pedido de la fiscalía. "Alcanza y sobra para condenar a prisión perpetua" a los acusados, argumentó el abogado Fernando Burlando. 

"Mataron por matar. Realmente es inexplicable. No les importó a quién. Su plan fue llevárselo de trofeo. La coordinación sincronizada de acciones les permitió construir una muralla infranqueable", afirmó Burlando.

El código penal argentino contempla reclusión perpetua para el homicidio agravado. Si los jueces dictaran sentencia por homicidio simple, la pena es de entre ocho y 25 años; y si fuera homicidio en riña, como argumenta la defensa, de dos a seis años. 

Le puede interesar: Crimen de Valentina Trespalacios: Otros feminicidios mediáticos perpetrados por las parejas

Graciela, mamá de Fernando, dio un fuerte testimonio que estremeció a los presentes en el juicio, e incluso abogados, y algunos de los implicados se quebraron en llanto.

"Mi hijo imploró piedad y le seguían pegando patada tras patada. Quería tirarme sobre él para ayudarlo, para que esas patadas fueran para mí", dijo en una declaración que se pued eescuchar en el siguiente video:

Otras noticias

¿Es buena idea no hacer nuevos contratos de exploración de petróleo y gas?

Fuente
Sistema Integrado Digital