Las directivas del hogar geriátrico solicitan a las autoridades que se le pueda brindar un sepelio digno como se lo merecía.
Sarita Corzo como era conocida la mujer más longeva del país, murió en el Asilo San Antonio de Barrancabermeja en donde vivió por más de cuatro décadas, hogar geriátrico a donde fue llevada después de vivir en las calles del puerto petrolero.
La mujer había perdido la visión, pero esto no le impedía caminar y comer por sí sola, era una mujer llena de alegría de muchas historias por contar pese a que su diálogo no era fluido y en el cumpleaños número 118, las directivas del hogar le celebraron con una fiesta a la que asistieron varias personas de Barrancabermeja.
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María Eugenia Cuesta, directora del centro de bienestar y vida San Antonio, señaló que Sarita siempre se hacía entender cuando necesitaba contar algo, o poner quejas de sus compañeros, recorría todo el asilo y comía normal, a ella no le podía faltar su buena presa de pollo y carne.
“Era muy activa en las celebraciones eucarísticas, siempre se adueñaba del espacio, de la habitación donde dormía y por eso llamaba la atención de sus compañeros y del personal del hogar geriátrico, es más era la guardiana de un pasillo y nadie podía transitar por este sector porque ella decía que era la dueña de ese corredor” agregó María Cuesta
Durante la permanencia de Sarita en el hogar geriátrico los familiares de la abuela jamás aparecieron, cada vez que cumplía años, se esperaba que sus seres queridos preguntaran por ella pero esto no sucedió.
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En los últimos días de su estancia en el asilo, se le veía calmada, y para las directivas del hogar su paso por allí dejó muchas reflexiones dentro de ellas, aprender a valorar cada instante de la vida.
Por el momento el cuerpo de Sarita es velado en la funeraria Foronda de Barrancabermeja, se brindará una ceremonia especial para honrar su nombre y posteriormente se le brindara cristiana sepultura en la ciudad donde permaneció durante los últimos días de su vida.
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