Juan Guillermo Aristizábal Vásquez, médico asesinado en Medellín
Juan Guillermo Aristizábal Vásquez, médico asesinado en Medellín
Fotos: Suministrada / Denuncias Antioquia
26 Abr 2024 12:13 PM

“Memorias de un loco sensible", el escrito que dejó el asesino del urólogo Juan Guillermo Aristizábal

Charlyn
García Vélez
El documento contiene 359 páginas.

En un documento de 369 páginas, John Ferney Cano narra los abusos y traumas de su vida, así como también la clara intención de atentar contra la integridad del médico antioqueño.  

En las primeras páginas, Cano escribe un mensaje a su madre donde le pide perdón, indicando: “Amada madre, perdóname. No soy digno de ti… Ni mucho menos de tu sublime nobleza”.  

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Y continúa con un cuadro con fotografías de doce urólogos con su respectivo nombre y registro médico, marcados con cuadros rojos, verde, amarillo, púrpura y sin color, acompañado de una calificación que, según su perspectiva, los describía como incompetentes, competentes, recomendados, presumidos y comunes.  

En el escrito se encuentra una carta dirigida a su hermano, donde le expuso su deseo de atentar contra la vida del médico, argumentando que: “Querido hermano, el destino me ha brindado la posibilidad de castigar por propia mano a quien, por unos miserables pesos, osó lesionarme gravemente. He meditado durante bastante tiempo esta decisión, y he llegado a la conclusión de que necesito hacer esto para sentirme bien conmigo mismo”. 

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Además, se refiere a la asistente de Juan Guillermo Aristizábal, expresando que “solo recibí mentiras, burlas e hipocresía de ese vil traidor y su ayudante, ya que ella me dijo que ese médico era muy bueno, algo de lo que difiero indudablemente. Y no conforme con sus mentiras, llegó a burlarse en mi propia cara por lo que me había sucedido. No debí confiar en esas dos personas”. 

También le pide al hermano que le agradezca en su nombre a sus hermanas y tías por todo el cariño y aprecio que le brindaron y estará siempre agradecido por ello. Además, le solicitó que procurara por sellar su ataúd porque no quería ser exhibido, y tampoco quería que instalarán los típicos de carteles con su nombre.  

“Procura cremar mi cuerpo y arroja las cenizas en cualquier lugar apartado. No tiene sentido complicarse guardando unas cenizas que en realidad no significan y no valen nada”, se lee en el documento.  

John Ferney Cano finalizó las memorias asegurando que el “caso está resuelto, se trata de una venganza por una lesión física que, a su vez, causó un malestar mental”.  

Cabe resaltar que toda persona que se somete a cualquier procedimiento en el país firma un consentimiento antes del procedimiento.  

Una persona que trabajó con Cano explicó que era una persona muy solitaria y no hablaba con nadie. 

Fuente
Sistema Integrado de Información