Víctima mortal del Liceo Antioqueño manifestó a su madre, horas antes, graves fallas mecánicas del bus que regresaba de Tolú a Bello
El municipio de Bello se prepara para darle el último adiós a sus jóvenes egresados, pero para la familia de Valeria López Posada, de tan solo 19 años, la tragedia en Remedios ha borrado la luz de la Navidad. Valeria, una de las 16 víctimas fatales del Liceo Antioqueño, deja un profundo vacío marcado por la alegría de sus sueños y una angustiosa premonición.
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El dolor de la familia es palpable. Su abuelo, don Óscar, describe a Valeria como "una niña muy especial, muy alegre, muy activa, muy amorosa y dedicada a su estudio". Con el futuro planeado, Valeria ya estaba inscrita para iniciar sus estudios en Odontología, una promesa de vida que se ha truncado de manera abrupta.
En medio de la tristeza, la familia de Valeria ha compartido un detalle que abre un interrogante crucial sobre el estado del vehículo contratado por el operador privado.
Don Óscar hizo énfasis en las últimas llamadas que su nieta hizo a su madre mientras regresaban de la excursión. La joven no solo reportaba incomodidad, sino fallas graves en el vehículo.
Según el relato de su abuelo, la joven llamó en varias oportunidades indicando: Que el bus estaba presentando fallas mecánicas, que el vehículo se estaba varando "cada quince minutos", que no tenían aire acondicionado y que debían bajar las ventanillas para poder mitigar el calor y la situación.
Además, expresó con dolor Don Óscar "Ya se acabó la Navidad para esta familia," , quien calificó la próxima celebración como "muy triste".
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Los familiares de Valeria y del resto de víctimas fatales están esperando la entrega de los cuerpos por parte de Medicina Legal en las próximas horas.