Hidroituango: constructores del proyecto y una universidad expresaron preocupación por su manejo

Frente a la incertidumbre que aún permanece sobre la entrada en operación de las dos primeras unidades de generación de energía de Hidroituango y si se cumple el plazo o no del 30 de noviembre, recientemente el constructor de esta etapa del proyecto, el consorcio CCC Ituango, manifestó su preocupación por las decisiones que están definiendo el futuro de la central de energía. 

Según CCC Ituango, a 15 días de que ellos terminen su vinculación al frente de las obras civiles del megaproyecto aún es incierto cómo se dará el proceso de empalme a partir del primero de diciembre con el nuevo contratista encargado de culminar las obras para poner a punto las turbinas 3 y 4, que según anunció EPM el pasado 31 de octubre se trata de la firma colombiana Schrader Camargo. 

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“¿Existe la capacidad logística para garantizar la continuidad de las obras?”, cuestionó el consorcio saliente a EPM, además en defensa de la calidad de su labor, manifestó que las evacuaciones preventivas que se tienen programadas responden a decisiones políticas y no técnicas; “Otro golpe económico injustificado que debe asumir la empresa más querida por los antioqueños”, afirmaron los constructores. 

Sumado a esta postura se conoció una dura carta por parte del Centro de Pensamiento de la Universidad EIA en la que califica como “desconcertante, incoherente e improvisada” la información que se viene dando frente a la puesta a punto del proyecto y a la gestión del riesgo de las comunidades aguas abajo y ribereñas del Cauca. 

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“Hidroituango y EPM han sido víctimas de un manejo errático, mediático y personalizado, con grandes anuncios y promesas que se desvanecen, lo que solo ha producido incertidumbre y entorpecimiento del desarrollo del proyecto con presiones e indefiniciones que se terminan reflejando en las decisiones”, precisó el pronunciamiento de la institución de educación superior. 

Con estas consideraciones la Universidad hizo un llamado a los diferentes sectores sociales y medios de comunicación para ejercer un mayor control a lo que ocurre con el manejo del megaproyecto que generaría cerca del 17% de la energía del país.